Casi siempre, si no es que siempre, sale
mal. Hay muchas razones para ello:
1.-Puede ser que le gustas a tu jefe y entonces ellos se ven como rivales. O si
es jefa, puede ser que a ella le gusta tu galán, y te ve a ti como rival.
Cualquiera de las dos opciones promete un final catastrófico, que puede llegar
a que te despidan del trabajo
2.-Puede ser el mismo caso a nivel horizontal, es decir con compañeros o compañeras. Esto vuelve hostil el ambiente y difíciles las relaciones de trabajo, porque la gente no está acostumbrada a separar lo personal de lo laboral.
3.-Un romance puede acabar con tu credibilidad, pues los demás y las otras
compañeras comenzarán a pensar (les encanta eso), y no sólo a pensar sino a
decirlo (que es peor), que todo es favoritismo hacia ti por-que-te-a-cues-tas
con el jefe o compañero. Tu talento, habilidades y experiencia laboral quedará
borrada para dar paso a los otros comentarios mal intencionados. Y después es
más difícil recuperar tu reputación y prestigio.
Cualquier imagen que des, de mujer que se ocupa de otras cosas menos de su
trabajo, te quitará puntos. Si te gusta coquetear, déjalo en coqueteo. No te
involucres con nadie. Si te gusta despertar rivalidades en otras mujeres u
hombres, envidias y celos, sólo por ego o por conseguir popularidad, pues
disfrútalo, pero vete olvidando del ascenso...
El rincón de la mujer
emprendedora
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