Durante una de sus visitas a
África, la actriz Angelina Jolie encontró a un niño de 7 años de edad que
traumatizado por tantos conflictos entre las tribus, y por tener problemas
conductuales y presentar estados de agitación, lo mantenían amarrado a un árbol
las 24 horas del día.
“Jolie lo miró a los ojos. El niño quitaba la mirada y agachaba la cabeza. Jolie se acercó.
Él temblaba de miedo… pero dejó de hacerlo en el momento en que sintió los brazos de la actriz alrededor de su cuerpo en una manifestación de algo llamado “abrazo”, una sensación que el chico desde hace mucho había olvidado. Terminó abrazándola, llorando de la felicidad… No porque supiera quién era ella, sino por lo maternal de sus abrazos, besos y sollozos compartidos con él”
Redacción
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