Lee esta corta fábula sobre una viuda y su oveja. Con ella, llévate una gran lección para saber cómo proceder en determinados casos, tanto en nuestra vida personal como profesional.
Cuenta la historia que en un lejano pueblo vivía una viuda muy pobre. Su único sustento era una oveja. La viuda decidió que era hora de trasquilarla y para ahorrar, agarró ella misma las tijeras y sin saber realmente cómo hacerlo empezó a quitarle la lana al animal y sin darse cuenta le hacía mucho daño a la oveja.
Con pequeños gritos de dolor por sus heridas y la sangre que brotaba de su cuerpo, la oveja molesta le dijo a la viuda:
“¿Por qué me hace esto, señora? ¿En qué ayuda mi sangre a la lana? Si quiere mi carne, llame al carnicero quien sabrá matarme al instante para no sufrir. Pero si lo que quiere es mi lana, ¿por qué no llama al esquilador quien sí sabe como sacar toda mi lana sin dañarme?”
Reflexión
A veces, al igual que la viuda, buscamos hacer algo con nuestras propias manos con el fin de reducir los costos de dinero. A veces resulta, pero la mayoría no. Terminamos utilizando más tiempo del estimado y a la larga esto se refleja en dinero también. Es mejor buscar a los profesionales especializados para realizar dichas tareas. Es posible que podamos hacerlas nosotros mismos, pero demoraremos aún más y no saldrá tan bien como lo esperamos. Por ejemplo, si tu como emprendedor, no tienes idea del tema contable para tu pequeño negocio, será necesario que busques un contador que pueda guiarte en todos los procedimientos relacionados. De todas maneras, no olvides que debes informarte para tener conocimiento de todos los movimientos de tu empresa.
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El rincón de la mujer emprendedora
Redacción
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