jueves, 10 de septiembre de 2015

Por qué algunas personas son tan indecisas

Cuando se interrumpe la comunicación entre dos regiones del cerebro nos volvemos más indecisos acerca de valor de algo o lo que preferimos.

Sin embargo, la interrupción de esta comunicación no afecta a la calidad de las decisiones objetivas o sensoriales. Esto podría explicar por qué algunas personas son tan indecisas.


Un estudio publicado recientemente en Nature Communications explica por qué la intensidad de la comunicación entre las diferentes regiones del cerebro determina la forma decisiva que determina cómo se toman de decisiones de valor.

La intensidad de la comunicación entre las diferentes regiones cerebrales determina cómo tomamos las decisiones de valor.

En su estudio, Christian Ruff, profesor de neuroeconomía en la Universidad de Zurich, en Suiza, y su equipo encontraron que la intensidad de la comunicación entre las diferentes regiones del cerebro determina cómo tomamos las decisiones de valor o en qué basamos nuestras preferencias.

Diferente actitud frente a diferentes decisiones

Las decisiones de valor basadas en preferencias son distintas de las decisiones perceptivas o basadas en aspectos ​​sensoriales. Tomamos decisiones basadas en preferencias cuando elegimos un coche nuevo, un vestido nuevo o un plato del menú. Más tarde podríamos preguntarnos si hemos tomado la decisión correcta.

Las decisiones basadas en cuestiones sensoriales son menos propensas a la indecisión, ya que requieren una evaluación más directa de las propiedades de lo que estamos considerando. 

Los hallazgos pueden explicar por qué algunas personas son más indecisas

El profesor Ruff y sus colegas querían investigar por qué algunas personas parecen ser muy decididas sobre sus decisiones en función de sus preferencias (las que parecen saber siempre exactamente lo que quieren) mientras que otros parecen vacilar y dudar.

Los investigadores descubrieron que la precisión y la estabilidad de la decisión basada en las preferencias no se basa sólo en el nivel de actividad de regiones del cerebro, sino en la intensidad de la comunicación entre dos regiones particulares del cerebro.

Las dos regiones -la corteza prefrontal justo debajo de la frente y la corteza parietal justo por encima de los dos oídos- participan en la representación de nuestras preferencias, en la orientación espacial y la planificación de acciones.
Las decisiones de valor se basan en la comunicación entre dos regiones del cerebro

Para llegar a este descubrimiento, el equipo invitó a los voluntarios a tomar decisiones de preferencia y ​​sensoriales sobre la comida mientras se sometían a un tipo no invasiva de estimulación cerebral llamado sistema de estimulación eléctrica transcraneal.

Este sistema trabaja alternando la estimulación mediante el envío de corrientes alternas a través del cráneo para generar patrones coordinados de la actividad en regiones cerebrales específicas.

A los sujetos se les mostraron fotografías de alimentos y se les pidió que eligieran qué preferirían comer en el final del experimento (decisiones basadas en preferencias) y también tenían que decidir, por ejemplo, si una imagen tiene más negro que otra (sensorial decisiones basadas).

Utilizando la técnica de estimulación, los investigadores intensificaron o redujeron el flujo de información entre la corteza prefrontal y la corteza parietal cuando se les pidió a los voluntarios que hicieran sus elecciones.

El profesor explica sus hallazgos: “Descubrimos que las decisiones basadas en preferencias eran menos estables si se interrumpía el flujo de información entre las dos regiones del cerebro. Nuestros sujetos de prueba fueron, por tanto, más indecisos. Para las decisiones puramente sensoriales, sin embargo, no hubo tal efecto”.

Ruff y sus colegas concluyen que parece que “la comunicación entre las dos regiones del cerebro sólo es relevante si tenemos que decidir si nos gusta algo y no cuando tomamos decisiones basadas en hechos objetivos.”

El equipo descubrió que no se pueden tomar decisiones más estables mediante la intensificación del flujo de información entre las dos regiones. Esto podría deberse a que los voluntarios eran todos jóvenes y sanas con las habilidades de toma de decisiones altamente desarrolladas.

Por eso, los investigadores apunta es es necesario investigar más para averiguar si la técnica podría ser útil en un tratamiento terapéutico; Por ejemplo, para descubrir si podría ayudar a los pacientes con muy alta impulsividad o indecisión, quizás como resultado de un trastorno cerebral o lesión.

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