Mantenemos un
diálogo casi perpetuo con nosotros mismos en forma de voz, o voces, en nuestras
cabezas. Poca gente lo admite porque poca gente es siquiera consciente de este
incesante parloteo y, por tanto, rara vez son conscientes de sus consecuencias.
Cada día nos
decimos miles de frases en nuestras cabezas, y lo peor de todo es que no son
generalmente palabras amables. Son pensamientos muy poco útiles y
repetitivos. El 90% de lo que te dirás hoy es idéntico a lo que te dijiste
ayer.
El pensamiento
compulsivo y la adicción a las emociones que genera es una de las mayores
lacras de la humanidad, y la fuente de la mayor parte de sus males.
Te recomiendo
que seas consciente de tus voces internas, de todo aquello que TE dices, muchas veces sin siquiera darte
cuenta, y que reflexiones sobre las emociones que ello genera en ti mismo. Reflexiona
sobre cómo afecta lo que haces, lo que dices, la manera en que te relacionas
con otros y tu percepción sobre todo lo que te rodea. Andar con una radio
encendida en tu interior todos los días puede distorsionar enormemente tu
experiencia de la vida, especialmente si esa radio emite en determinados
canales.
Redacción
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