Cómo combatir las 7 excusas para
iniciar tu propio negocio que únicamente escudan la verdadera excusa: la
pereza.
En una ocasión se me pasó por la
cabeza iniciar mi propio negocio, pero no tenía dinero. Busqué formas de comenzar mi negocio sin dinero, pero no tenía
oficina. Busqué la forma de hacer de mi casa mi propia oficina, pero no tenía
clientes, y además era demasiado tímido como para hacer llamadas en frío en la
captación de clientes. Surgieron nuevos problemas como no tener el equipo
adecuado, no tener contactos ni conexiones. Incluso si se me pasaba por la
cabeza escribir un libro, rápidamente caía en la cuenta de que no tenía una
editorial que me apoyara.
Probablemente no tuviera talento, y por tanto, es mejor que emprenda otro. Así
comienzan una serie de excusas que para James Altucher son excusas para esconder una sola excusa,
que suele ser la pereza. La mayoría de los impedimentos que surgen
cuando hablamos de comenzar un negocio suelen ser bendiciones disfrazadas que
nos obligarán a ser más creativos. Entre lo que tienes ahora y lo que te
gustaría tener siempre existirá una enorme brecha. Todo lo que necesitas para
acortar esa brecha es la creatividad.
Estas son las excusas más comunes que Altucher ha observado en las
personas de las que se rodea, aunque advierte que cada cual tiene su propia
lista que únicamente escudan la pereza del ser humano. Ni siquiera es el miedo
a fracasar. Es solo la pereza de intentar algo y el trabajo y sacrificio que
conllevaría el intentar.
1. No
tengo dinero.
Dice Altucher que cuando comenzó su primer negocio, él no tenía ni un euro.
Tuvo que ser creativo para utilizar y llegar a sus amigos y familiares, comunicándoles
cuál era su conjunto de habilidades y qué tipo de clientes buscaba. Cualquiera
que necesitara algo que yo pudiera ofrecer o resolver, por una cuota estaría
encantado de hacerlo.
"Me aseguré de que todo el mundo supiera de mis habilidades y del por qué
era necesario contar con mi ayuda."
Al principio fue un trabajo de fin de semana, después fue un negocio a tiempo
parcial, noches y fines de semana, hasta llegar a dedicarme completamente a mi
propio negocio y hacerlo funcionar.
2. La falta de equipos y de dinero.
Cuenta Altucher que mientras hablaba con un amigo sobre la cantidad de dinero que muchas personas ganan subiendo vídeos a Youtube,
su amigo le dijo que a él le gustaría hacerlo pero que no tenía una buena
cámara para grabar los vídeos. Altucher le dijo que si quería su teléfono,
debido a que cualquier teléfono móvil hoy día tiene una cámara mil veces mejor
de lo que necesitas para subir vídeos y ganar dinero en Youtube.
Otros usuarios subirán probablemente vídeos de mayor calidad, y eso te obligará
a ser más original y creativo al ser tus vídeos aparentemente de una calidad
inferior, aunque aceptable. A su amigo no le pareció bien la idea, y más tarde
reconoció que no subía sus propios vídeos por pereza. Somos amantes de las
excusas.
3. No
tengo tiempo.
No tengo tiempo, dijo un desempleado de larga duración, el cual no sólo era
amante de la pereza, sino también de la dilación, uno de los mayores enemigos para el éxito en cualquier campo.
Posponerlo todo para mañana, hace que nuestro mañana sea aún más oscuro de lo
que ya es hoy. Siempre hay tiempo para cumplir nuestros sueños siempre que
estemos dispuestos a iniciar nuestro camino para alcanzar esos sueños.
Grandes libros se han escrito por personas que no tenían tiempo.
4. No
soy lo suficiente bueno para hacerlo.
Quizás la falta de confianza en uno mismo y en sus propias habilidades sea una
buena excusa que esconde la pereza de aprender. Creo que ningún empresario
sabía todo loo que debía saber del negocio cuando comenzó. Si bien se necesita
entender lo básico sobre negocios y finanzas aplicadas a los negocios, también
es cierto que surgirán problemas e inconvenientes a todo el mundo por igual
para los que nunca les prepararon.
Si no te consideras bueno, aprende lo que necesitas para ser mejor. Al menos ya
reconoces ciertas limitaciones. Eso ya es un buen comienzo.
5. No tengo titulación universitaria.
Enhorabuena. Yo tampoco, y eso me ha servido para demostrar que los que
aprendimos con la práctica solemos tener mejores resultados que los que
salieron con la teoría. El mundo está cambiando, y la suerte para los
emprendedores es que no necesitas ser dentista para fundar la competencia de
Vitaldent, y "no necesitas ser piloto de aviones para crear una empresa
que envíe cohetes al espacio" (Richard Branson). Tampoco tienes que ser diseñador para crear
el mayor imperio textil del mundo, ni estudiar periodismo para tener tu propio
blog de noticias.
6. Ya
soy demasiado mayor.
Cuenta Altucher la historia de Rodney Dangerfield, un vendedor de revestimiento
de aluminio que quería ser comediante, pero se sentía mayor a sus 50 años.
Nadie le quería con esa edad, así que un día decidió que si ningún club le
aceptaba por su edad, crearía su propio club de la comedia. Un club que hoy día
es el más popular de Nueva York y por donde se han dado a conocer muchas de las
actuales estrellas de cine, como por ejemplo Jim Carrey.
La mente de un emprendedor es muy sencilla: "si quieres algo, ve a
buscarlo, y si no lo encuentras, lo creas".
7. No
tengo talento ni aptitudes.
Si existen personas sin talento para lo que querían hacer, en principio se nos
vendría a la cabeza Mick Jagger, que hay que reconocer que no tiene cualidades
para cantar precisamente, incluso una voz que en principio resultaba
desagradable, pero Jagger tenía carisma y personalidad. Teniendo eso, ¿a quién
narices le importa que sepas cantar?.
Julio Iglesias no es precisamente un ejemplo de potencia en la voz.
Probablemente sea uno de los cantantes menos agraciados en cuestión de voz,
pues realmente se mueve en unas pocas notas del pentagrama musical, aunque supo
aprovechar esa poca voz para hacerla lo más melódica posible, hasta el punto
que es uno de los cantantes cuya voz está mejor aprovecha. Del mismo modo, fue
uno de los que dio sentido a la palabra "marca personal".
Recuerda que hay más personas con talento fracasadas que personas sin talento y
con éxito. Eso se debe a que el trabajo duro vence al talento cuando el talento
no trabaja duro.
Subir cada peldaño de las
escaleras del éxito es difícil y trabajoso. Hay que estar preparados para
enfrentarse a la frustración del fracaso temporal.
Cuando hablamos de excusas, no son ellas las que nos eligen a nosotros, sino
que somos nosotros los que elegimos el tipo de excusa que queremos emplear para
adornar una única excusa, y es que somos perezosos por naturaleza. Claro que
hay personas que se enfrentan a la pereza y otras no.
Cuando iniciamos nuestro propio negocio, lo hacemos con las estadísticas y
probabilidad de fracaso en nuestra contra. No todos tendremos un final feliz,
pero si no lo intentamos al menos, es seguro que el final no será feliz.
¿Cuál es tu excusa?
El rincón de la mujer emprendedora
Redacción