Lée
con atención y reflexiona sobre esta enseñanza.
Luego
de 10 años de aprendizaje, el joven Zenno creía que ya tenía la capacidad de
llegar a la categoría de maestro zen. Emocionado por esta posible situación,
salió corriendo en un día lluvioso para visitar a su maestro, Nan-in.
Al
ingresar a la casa de Nan-in, el maestro preguntó: “¿Has dejado tu paraguas y
tus zapatos en la entrada?” A lo que Zenno respondió: “Por supuesto, maestro.
Eso manda la buena educación.”
El
maestro le dice: “Entonces dime, ¿pusiste el paraguas a la derecha o a la
izquierda de tus zapatos?” A lo que Zenno respondió: “No tengo idea, maestro”
“El
budismo zen es el arte de tener conciencia total sobre lo que hacemos, mi
estimado Zenno”, dijo Nan-in. “La falta de atención a esos detalles que
consideramos pequeños o insignificantes, pueden destruir la vida entera de una
persona. Imagina a un padre que sale corriendo de la casa porque anda con el
tiempo justo quien olvida un cuchillo en la mesa y este está al alcance de su
pequeño hijo. O aquel samurai que no mira su espada todos los días. Terminaría
encontrándola oxidada y ya no serviría cuando más la necesite. Imagina un joven
que olvida llevarle flores a su amada, pronto terminará por perderla.”
Zenno
entendió que a pesar que sabía mucho sobre la filosofía zen en el mundo
espiritual, había olvidado aplicarlas su mundo más inmediato, en la tierra.
Reflexión
A
veces andamos apresurados por la vida, cumpliendo con las actividades del día a
día y perdemos esa capacidad de disfrutar, percibir, sentir y ser testigos de
cosas asombrosas. Perdemos parcialmente la conciencia de nuestros actos y
tenemos que revertir esta situación. Tómate un tiempo para darte cuenta
qué es lo que estás haciendo realmente, corrige los comportamientos y sé dueño
de tus propios actos. Piensa que aquello que haces ahora, puede cambiar tu vida
por completo. Antes de tomar una decisión sobre algo, proyecta eso al futuro y
anticipa las acciones como un buen líder.
Zenno
también nos ayuda a reconocer que nuestro nivel espiritual debe ir a la par de
nuestro nivel físico. Para un emprendedor esto se traduciría como que sabemos
mucho pero aplicamos poco. Esas cosas que aprendimos en las clases,
capacitaciones y talleres, que no se queden a un nivel teórico, sino que
apliquemos directamente a lo que hacemos, a poner en marcha nuestro negocio, al
trabajar y desarrollar nuevos proyectos, etc.
¿Dónde
dejaste tu paraguas? ¿Lo recuerdas? Seamos un poco más detallistas y asimilemos
y apliquemos aquellas cosas importantes para nuestra vida.
El rincón de la mujer emprendedora
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