De pequeños no nos enseñan cómo establecer y llevar a la acción nuestros propios sueños y cuando maduramos muchas veces nos llenamos de dudas y ansiedad que nos complica su consecución y logro.
También, es muy común que se nos junte la situación de “ver” cómo aquellas personas que tienen y disfrutan eso que deseamos y queremos, nos haga preguntarnos como lo han conseguido y logrado. Y entonces es cuando pensamos: “Si hacemos lo que ellos hacen, ¿Lograremos lo que han logrado?”
Creemos que hemos encontrado los pasos adecuados, nos motivamos y comenzamos muy ilusionados a trabajar, habitualmente en exceso, para cumplir nuestras metas tratando de imitar lo que otros han hecho. Pero pasan los días y no vemos resultados.
Pensamos “esto es demasiado, no soy capaz de llevar este ritmo”, y tiramos la toalla. Pasado un tiempo, volvemos a motivarnos e intentarlo. Deseamos conseguir la ilusión por la que también vivir. Se vuelve a repetir la etapa anterior, sin resultados perceptibles al gran esfuerzo que seguimos realizando.
Todo este proceso comienza a dolernos y hacer que nos sintamos confusos, preguntándonos:“¿no soy suficiente para conseguirlo?, ¿no valgo para realizar mi gran sueño?
Resulta que todo lo anterior es muy común entre los mortales, incluida una servidora. Por eso, os contaré que es lo que está sucediendo:
-Para nada esto está pasando porque no seamos capaces o no tengamos las cualidades necesarias. El problema es que estamos intentando de un día para otro ponernos al nivel de los que lo lograron, cuando incluso a ellos les tomó meses, incluso años conseguirlo.
– Esperamos resultados grandes en un corto periodo de tiempo en cosas que se obtienen a largo plazo. Debido a eso nos bloqueamos y saturamos, sintiéndonos incapacitados y no válidos.
Entonces, ¿Qué tenemos que hacer?
– Empezar haciendo cosas que no requieran mucha energía de tu persona, por ejemplo con metas pequeñas y fáciles que no te cansen o saturen demasiado.
– Ir incrementando la intensidad en como haces las cosas para lograr el objetivo establecido. Realiza el cambio de forma casi imperceptible, fácil.
Poco a poco iremos acercándonos a nuestra meta sin tener que saturarnos ni estresarnos, haciendo el camino mucho más hermoso y permitiéndonos disfrutar el proceso.
Al final, estaremos haciendo cosas que antes nos parecían muy lejanas e inaccesibles. Te sentirás válido y a gusto contigo mismo. Es importante tener en cuenta que si queremos mejorar debemos incrementar poco a poco la intensidad en que desarrollamos nuestra meta. Solo está bien mantenerse igual cuando consideremos que el lugar donde nos encontramos es suficientepara llevar a cabo nuestro objetivo.
El límite al que aspirar lo ponemos nosotros, dependiendo del grado de comodidad y felicidad que le asignemos. Eso sí, si sientes que te apetece o necesitas interiormente crecer más, plantéate ir un paso más allá o cambiar de objetivo. Al final, lo importante es tu vida.
Si te atreves a dar el primer paso en cualquier cosa que desees y te plantees, la vida te irá regalando pistas a seguir. Para ello tienes que estar despejado, y lo más importante, estar disfrutando lo que haces.
El rincón de la mujer empendedora
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