Me niego rotundamente a admitir
que un género en particular cometa más aciertos o errores a cuenta del sexo,
esa es una visión absolutamente machista del asunto en cuestión, pero así mismo
fue como la consultora norteamericana y para completar mujer, Jane Wesman,
tituló un artículo publicado en el portal Fox Business, veremos que no es
tan exclusivo de las mujeres estos errores, por el contrario son propios
de emprendedores novatos y sin preparación previa para esa aventura.
1.
Comenzar sin un plan. Según Wesman y basada en su propia
experiencia, las mujeres por lo general no tienen planes de negocio que
respalden sus emprendimientos. La mayoría comienza un negocio accidentalmente,
escogen lo que les gusta hacer, pero sin ninguna estrategia.
Wesman aconseja a las
mujeres a que escriban un plan con una descripción clara del producto o
servicio que van a ofrecer, definan el público al que van apuntar, imaginen
como van a administrar la empresa en el día a día y proyecten los costos del
primer año, además de mencionar las responsabilidades de socios y empleados.
2. Fallas
en la articulación. Si la dueña de la empresa no entiende su negocio,
imagine al cliente. Según esta Wesman, en las reuniones de asesoría que ha
tenido con diferentes mujeres empresarias, al preguntarles que es lo que hacen,
no queda claro de que se trata.
Es necesario que usted
elabore una descripción clara de que es lo que hace su empresa, para tener algo
que decir.
3. Control
excesivo. Muchas emprendedores tienden a controlar los aspectos de su
empresa de forma solitarias, una receta para el fracaso. Para administrar con
éxito, es importante rodearse de un equipo de personas que tengan experiencia
en distintos puntos.
Las mujeres creen que solas
pueden hacer frente a todo lo que una empresa demanda, tal y como lo hacen
muchos hombres. Ellas perciben la importancia de saber gerenciar, pero no están
acostumbradas.
4.
Tomárselo todo de manera personal. Las empresarias tienden a tejer
buenas relaciones con los clientes y los consumidores y muchas veces terminan
decepcionadas.
Cuando algo no sale como
ellas esperan, se lo toman de manera personal en vez de evaluar lo que se puede
aprender de la experiencia.
Esta actitud, según Wesman,
refleja el modo como la mujer se posiciona socialmente: no se siente a gusto
compitiendo y quiere que todos gusten de ella.
Ella se resiente porque
encuentra que vender depende de cuánto las personas gustan de ella.
5. Mala
evaluación de precios. Dinero es un asunto delicado para muchas mujeres y
muchas tienen dificultad para discutir precios, lo que generalmente las lleva
justipreciar por debajo sus productos y servicios.
6. Intimar
mucho con los empleados. Muchas pequeñas empresas adoptan la mentalidad de
familia, pero las mujeres van adelante. Ellas se aproximan demasiado a los
empleados y los tratan como si fueran amigos o parientes.
Es necesario que haya buenas
relaciones en la empresa, pero no en demasía, afirma la consultora.
Cuando se llega a ese nivel de intimidad, es muy difícil tomar decisiones que
involucra al personal y hacer despidos.
Y a ti ¿Qué le parecen las
opiniones de esta consultora? ¿Será que tiene razón? Déjanos tus
comentarios.
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El rincón de la mujer
emprendedora
Redacción
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