Niños y bebés necesitan los abrazos de sus
padres y madres, y cuantos más y de mejor calidad, mejor. Los científicos
reconocen que los achuchones cariñosos ayudan al bebé
a conciliar el sueño, a regular
su temperatura corporal y hasta a crecer más fuertes. Pero no
solo eso. Además, los abrazos estimulan el desarrollo intelectual del pequeño,
como recuerdan los expertos.
Los niños necesitan los abrazos para crecer sanos
Los bebés necesitan los abrazos de sus padres.
Los científicos recuerdan que el contacto estrecho con sus progenitores
proporciona beneficios físicos
al niño. El abrazo ayuda al pequeño a regular su
temperatura y su ritmo de respiración. El achuchón cariñoso de los padres,
además, mejora la estabilidad
del ritmo cardiaco infantil, favorece
que el menor gane los kilos que precisa para crecer fuerte y potencia la
oxigenación de su cuerpo.
Pero las ventajas del abrazo para el niño no
acaban aquí. Científicos de la Universidad de Brown (EE.UU.) han podido
comprobar asimismo que los abrazos
favorecen el desarrollo intelectual del bebé, gracias a la estimulación sensorial que obtiene por
el contacto piel con piel y
la cercanía con otras personas.
Los abrazos al
niño fortalecen su autoestima
Los abrazos al pequeño son un acto instintivo y
natural, que se realiza para mostrar el cariño y el afecto. Los expertos
señalan, sin embargo, que los achuchones tienen un relevante papel
tranquilizador: ayudan a que el niño se sienta seguro y
protegido.
"Abrazar
al bebé tiene un poder tremendo, crea
un vínculo que ningún otro gesto consigue", afirma Kathleen Keating,
terapeuta norteamericana pionera de la abrazoterapia, en su libro 'Abrázame'
(Javier Vergara, 2000). Incluso la Organización Mundial de la Salud(OMS) reconoce que los abrazos son un modo saludable
de relacionarse con el menor, con múltiples beneficios para el niño. Los
científicos recuerdan, además, que mantener un contacto físico estrecho con el
pequeño en los primeros meses de vida es esencial para la
formación de su carácter. Por este motivo, la falta de esta
muestra de afecto también incide en el desarrollo de nuestra personalidad.
Abrazar al
niño: seis ventajas importantes
·
Abrazar al niño fortalece los vínculos afectivos con sus padres. El abrazo es el método más eficaz para
transmitir a los pequeños el afecto que se siente por ellos.
El abrazo es importante durante la primera etapa de un modo
especial para el padre, puesto que los hombres no tienen la
posibilidad de experimentar el vínculo y cercanía con su hijo que proporciona
la lactancia. Un apretón cariñoso permite alcanzar un importante grado de intimidad
con el niño, y estrechar los lazos con él.
·
Los abrazos dan seguridad al bebé. El pequeño debe habituarse de un modo
brusco a un nuevo entorno, tras los nueve meses en el vientre materno,
protegido de todos los agentes externos. El niño se ve obligado a prescindir
del efecto envolvente y de seguridad con el que contaba durante la gestación.
Los padres devuelven al pequeño esta seguridad al tomarle en sus brazos y
unirle a su cuerpo lo suficiente para que pueda percibir parte de los sonidos y
sensaciones que le acompañaron durante el embarazo.
·
Los abrazos relajan al niño. Los bebés lloran con
frecuencia, ya que es la forma recurrente que tienen para expresar
sus necesidades fisiológicas. Pero los niños también lloran para reclamar afecto.
Los abrazos entonces ejercen un efecto tranquilizador y calmante que ayuda a
paliar el llanto y reconforta al pequeño. El contacto evita que se sienta
ignorado o abandonado por el adulto.
·
El abrazo facilita la digestión al bebé. El niño se alimenta en posición
horizontal durante los primeros meses, tanto si la lactancia es materna como artificial. Para ayudarle a
expulsar los gases y el aire aspirado después de comer, es recomendable
abrazarle en posición vertical y practicarle a la vez un pequeño masaje en la
espalda.
Esta postura es del mismo modo efectiva para calmarle en el
caso de que sufra el denominado cólico del
lactante.
·
El achuchón permite al niño ver el mundo. Los pequeños permanecen tumbados -en el
cochecito o en la cuna- muchas horas al día: es una posición que limitada el
área de visión. Sin embargo, con la postura vertical que adquiere cuando le
abraza un adulto, puede observar más allá y adquirir una perspectiva diferente
y más atractiva del mundo que le rodea.
·
Los abrazos ayudan al bebé a dormir.
El achuchón cariñoso ayuda al niño a relajarse cuando se acerca el momento de
dormir y le tranquiliza cuando la falta de sueño le provoca el llanto. En estas
ocasiones, lo más recomendable es acunarle con movimientos rítmicos e, incluso,
cantarle al oído alguna melodía tranquila.
Fuente: Consumer
El rincón de la mujer
Redacción
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