Las mujeres cada día se
sienten más fuertes y seguras para emprender.
Cada
vez son más las mujeres que deciden abrirse camino en el mundo del
emprendimiento. Y es que los datos nos dicen que lo hacen muy bien.
La mujer emprendedora
Siempre
han sido generadoras de actividad económica pero lo cierto es que sus
actividades no han sido siempre reconocidas. En pleno siglo XXI la mujer se ha
convertido en una pieza fundamental del puzzle económico en España. Y es que
las últimas cifras nos muestran una tendencia creciente de mujeres
que, por obligación o vocación, deciden sumergirse en la aventura de abrir su
propio negocio. En el 2012 hubo un 23% más de emprendedoras respecto
al curso anterior.
En
una sociedad en la que la igualdad entre hombres y mujeres es indiscutible a
nivel teórico, en la práctica, los datos nos dicen que no es así. Las mujeres
emprenden menos que los hombres, entre otras cosas, porque encuentran
más dificultades en el camino. Las más importantes son la
conciliación de la vida familiar y laboral y las dificultades para financiar
sus proyectos. Además existe un claro desconocimiento de la realidad de estas
mujeres así como escasos programas de apoyo y formación.
Según
un estudio de la Cámara de Comercio de Zaragoza, el 80% de las
emprendedoras tienen menos de 45 años. La mayoría de ellas buscan un camino
diferente a la contratación clásica, una oportunidad para dedicarse a lo que
les gusta. Todo ello, en medio de una negativa coyuntura económica.
Esperanzadora resulta la tendencia positiva que experimenta el emprendimiento
en mujeres con edades superiores a las 45, llegando a superar el 17%. Y es que
montar su propio negocio se ha convertido en una manera de rentabilizar su
madurez y de sacarse “las castañas del fuego”.
Pero
¿cómo son las empresas que crean las mujeres españolas? Son empresas
más pequeñas, de menor envergadura que las creadas por hombres. Y es que a la
hora de emprender, las mujeres son menos ambiciosas y más realistas que éstos.
Se decantan especialmente por estética, enseñanza o pequeñas tiendas de venta
al público. Además, cada vez es mayor el número de emprendedoras que deciden montar
su negocio únicamente online, con el fin de poder trabajar desde el propio
domicilio, compatibilizando vida familiar y laboral. Además, El 62% de las
mujeres consideran que las nuevas plataformas de trabajo 3.0 constituyen una
excelente alternativa para generar nuevos ingresos.
A
nivel internacional podemos decir que las mujeres españolas "dan
la talla". En nuestro país ellas ponen negocios propios más de lo que lo
hacen las alemanas, japonesas y francesas, aunque menos que las estadounidenses
o británicas.
La
asignatura pendiente la encontramos cuando miramos al sector tecnológico.
Un sector con más posibilidades pero que exige más dedicación, más financiación
y más formación que el sector servicios. Las mujeres se muestran más
conservadoras, se conforman con menos a la hora de emprender y les gusta ir a
lo seguro. De ahí que sean muchas las que tienen cierto miedo a fracasar en el
intento de abrirse camino en un sector algo más que complejo. Y es que si
hay algo que caracteriza a las mujeres emprendedoras es
el miedo a que sus ideas no salgan bien.
Eso
sí, ellas tienen algunas ventajas frente a ellos. Han demostrado
mayor resistencia en los porcentajes de cierre o traspaso. Únicamente el 14,3%
de los autónomos que se perdieron en 2012 fueron mujeres, frente al 85,7% de
varones. Ellas son las grandes compradoras y usuarias. Sopesan la parte
personal y familiar, consiguiendo compaginarla en casi todos los casos ¿Lo más
importante? suelen tener ideas más novedosas para poner en práctica,
ya que captan mejor las necesidades latentes en el mercado.
Lo
que está claro es que el autoempleo se está asentando como una sólida
y estable opción laboral para las mujeres en España. Por todo esto, a día de
hoy, podemos encontrar numerosos casos de éxito que marchan "viento en
popa a toda vela".
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