“Corremos mucho, ya no sólo en la F1, sino en la vida en general. Con este ritmo frenético que llevamos lo único que conseguimos es que la vida nos conduzca a nosotros, en lugar de que seamos nosotros los que conducimos nuestras vidas. En mí caso, me he parado en seco y he podido tomar conciencia de la realidad que me rodea, pues al fin y al cabo esto es lo que nos determina como personas”.
El rincón de la mujer empendedora
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