El rincón de la mujer emprendedora
martes, 23 de septiembre de 2014
viernes, 19 de septiembre de 2014
Pedir disculpas
Nuestra cultura da a las niñas el mensaje de que su cuerpo, su vida y su feminidad exigen pedir disculpas. En nuestro interior llevamos una disculpa por el solo hecho de existir. Anne Wilson Schaef escribe: “el pecado original de nacer mujer no se redime por las obras” por muchos títulos que obtengamos, muchas mujeres tienen la sensación de que nunca dan la talla.
El rincón de la mujer emprendedora
lunes, 15 de septiembre de 2014
No digas nada
Internet tiene un poder enorme de amplificación de un mensaje. Una buena crítica puede mutliplicar exponencialmente el número de personas interesadas en ti; pero una metedura de pata puede ser letal para tu reputación online. Por eso lo mejor es que cuides cada palabra que dices y que controles cada mensaje que se dice sobre ti. Es mejor prevenir una crisis de reputación que gestionarla después.
El rincón de la mujer emprendedora
martes, 9 de septiembre de 2014
Nadie se escapa de las emociones
Una emoción es una alteración intensa y momentánea del ánimo ya sea por una percepción real (percibida a través de los cinco sentidos) o imaginaria. La emoción nos impacta en menos de un segundo.
Todos tenemos emociones, nadie se escapa de ellas, aunque si hay diferentes opiniones sobre la cantidad de emociones que podemos tener, las emociones básicas y primarias que nos vienen de fábrica son cuatro, alegría, ira, miedo y tristeza, luego se van etiquetando más emociones como la sorpresa, la vergüenza, la envidia, etc., consecuentes de las primarias.
Cuando una emoción nos impacta la reconocemos por el dolor y lo llamamos sensación. Mediante la sensación reconocemos cuál de ellas nos está tocando y en ese momento nos damos cuenta, dependiendo de la sensibilidad de cada uno.
¿Cómo vivo la sensación? ¿Qué hago con ella?
Inmediatamente nuestro pensamiento, ante la reacción en el cuerpo de la sensación, se pone en marcha e interpretamos esa sensación, “Me siento…”, “Siento que”. La sensación se transforma en sentimiento.
Hasta este momento, nadie se escapa de las emociones, pero cuando entra en juego el sentimiento está en nuestras manos decidir qué hacer con él: uno, hacer que se extinga; dos, mantenerlo; y tres, mantenerlo y amplificarlo, dejando que el sentimiento se alargue en el tiempo convirtiéndose en un estado de ánimo.
De la alegría a la euforia, de la tristeza a la depresión, del miedo al temor, de la ira a la violencia.
Las abuelas lo tenían claro, cuenta hasta 10.
Aunque parezca una tontería contar hasta diez nos permite parar y no dejarnos llevar por la pasión del momento, nos permite encontrar argumentos y responder adecuadamente.
Como es imposible no tener emociones, de ahí surge la necesidad e importancia de aprender a gestionar las emociones para evitar arrepentimientos al darnos cuenta que nuestra reacción emocional ha sido desmesurada y para que no lleguen a desbordarse las emociones y controlen nuestro carácter y temperamento.
Por Vicki Muns
El rincón de la mujer emprendedora
jueves, 4 de septiembre de 2014
María Alegre, fundadora de Chartboost
Nacimos de una oportunidad y una frustración del sector de los juegos online”
Con la oportunidad y necesidad de mercado claras, el lugar donde ‘todo es posible’, Silicon Valley, puso el resto: sólo dos años después de fundarla, María Alegre dirige una plataforma de publicidad y distribución móvil con 115 empleados, en plena expansión.
Datos clave
Usuarios: más de 30.000 juegos en 120 países.
Facturación: 50 millones de euros en 2012, según el portal Techcrunch.
En 2008, María Alegre aterrizó en San Francisco. En Barcelona había trabajado en consultoras (McKinsey y Deloitte) y en la red de emprendedores sociales Ashoka. Allí aprendió dos lecciones: “La primera, el liderazgo de mi jefe. Nos motivaba a remover cielo y tierra para hacer crecer el proyecto. La segunda vino de una frustración: nuestro modelo tenía un problema de escalabilidad y aunque hubiésemos dedicado toda la vida a ello nunca habría alcanzado a millones de personas ni cambiado algo radical”. ¿Y qué tipo de negocios son escalables y capaces de producir cambios radicales? Con el ojo puesto en la tecnología y el software, Alegre voló a California y, tras llamar a muchas puertas, empezó a trabajar en Tapulous, una empresa de desarrollo de juegos para móviles que compró Disney. “Desde que llegué hasta mi primer día en Tapulous pasaron más de seis meses. Conseguir trabajo en Estados Unido sin visado ni contactos no fue fácil. Lo increíble de Silicon Valley es la actitud de que todo es posible, una de las cosas que me atrajeron y que me tiene atrapada”, cuenta. La experiencia lanzando apps, consiguiendo usuarios e ingresos resultó en que, tras la compra en 2010 y junto a Sean Fannan, también de Tapulous, fundara Chartboost, una plataforma de distribución y publicidad móvil para juegos, el segmento más popular en las tiendas de apps, un mercado en el que cuesta ser visible.
Una de cal y otra de arena
“Chartboost nació de una oportunidad y una frustración. La oportunidad: la industria de juegos móviles y el modelo freemium. Los juegos tenían potencial y creíamos que el freemium (descargas gratuitas y venta de bienes virtuales) sería el modelo dominante”, explica. “Y la frustración: los desarrolladores de juegos independientes no tenían plataformas que les ayudaran a ganar dinero y capacidad de distribución. Todas las alternativas eran una ‘caja negra’ que no daba visibilidad al desarrollador sobre dónde iba el dinero”. Chartboost ayuda a los juegos a conseguir usuarios e ingresos por tres vías: promoción cruzada (publicidad del juego en otras aplicaciones para conseguir descargas y publicidad para obtener ingresos), acuerdos entre desarrolladores (promocionar sus juegos entre ellos, sin coste) y optimización en la red de Chartboost: el juego se queda el 70% de los ingresos y la empresa el resto.
21 millones de euros para seguir creciendo
Chartboost levantó 21 millones de euros en 2013: es la plataforma de juegos y red de publicidad móvil que más deprisa crece en Silicon Valley. “Nunca imaginé que seríamos más de 100 en menos de tres años y trabajaríamos con los mismos inversores (Sequoia) que estuvieron con los fundadores de Apple o Google”, cuenta Alegre.
El rincón de la mujer emprendededora
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